Os traemos buenas noticias: hace unas semanas el equipo de GREFA, dentro del proyecto europeo AQUILA a-LIFE, tuvo un avistamiento en la Sierra Oeste de Madrid de lo que parecía una pareja de águilas de Bonelli de la que no teníamos constancia. Hechos así siempre nos motivan mucho, máxime en este caso, puesto que a pesar de que los miembros de esta nueva pareja no parecen ser ejemplares de nuestro proyecto, sí han ocupado el hueco dejado por la triste electrocución de "Polopos", un águila de Bonelli que era seguida por AQUILA a-LIFE.
Tras las liberaciones de águilas de Bonelli estos últimos años en la Comunidad de Madrid por parte del proyecto LIFE Bonelli y su sucesor, el proyecto AQUILA a-LIFE, actualmente vigente, se formaron dos parejas nuevas: el macho “Polopos” y la hembra "Exógena", por una parte, y el macho “Alcalá” y "Exógena", por otra. "Exógena" es el nombre protocolario que damos siempre a los ejemplares salvajes, que no proceden de las liberaciones de nuestro proyecto.
A estas dos parejas, hay que sumar las dos que ya había formadas anteriormente: la hembra “Haza" y el macho "Bélmez” y la hembra “Alameda" y el macho "Noalejo". Cómo ya os hemos informado, "Haza" y Bélmez" se han convertido en la primera pareja de águilas de Bonelli reintroducidas en la Comunidad de Madrid que logran criar con éxito, en concreto dos pollos que por estas fechas andan cuidando con toda dedicación [https://bit.ly/2Hm6kyI].
Son por lo tanto cuatro parejas en la Sierra Oeste de Madrid, de donde el águila de Bonelli se había extinguido en los años noventa. Desgraciadamente “Polopos” murió a los pocos meses de establecerse y dábamos por perdida esa pareja. Pero parece que no es así. Tras un reciente avistamiento rápido y lejano, y después de comprobar las localizaciones de las águilas de Bonelli que hemos liberado durante estos años (todas llevan un emisor GPS que nos informa de su posición) confirmamos que no era ninguna de ellas.
A principios de mayo volvimos a la zona donde se había producido el avistamiento, y tras un rato de observación, ambas águilas de Bonelli se volvieron a dejar ver: llegaban volando juntas para acabar posándose en una rama de un pino. Nos fuimos acercando hasta una distancia segura, y aunque la luz no era muy buena, pudimos retratar a la pareja. Para nosotros es una noticia buenísima, que compensa nuestros grandes esfuerzos en conseguir que la especie aumente en la zona centro peninsular (Comunidad de Madrid y provincias limítrofes o cercanas).
Un territorio ya conocido
Nos hemos llevado además una gran alegría al comprobar que esta nueva pareja se ha formado en un antiguo territorio de águila de Bonelli. En efecto, tenemos que señalar que dicho territorio fue regentado primeramente por "Játar", un macho extraído de su nido en Andalucía y liberado cuando aún era un pollo, mediante "hacking", en 2014, dentro del ya concluido proyecto LIFE Bonelli. "Játar" murió electrocutado en diciembre de 2016 en la provincia de Toledo.
Ese mismo territorio fue elegido por "Polopos" durante largo tiempo, otro macho traído de Andalucía y que se liberó del mismo modo que "Játar", mediante "hacking" en el proyecto LIFE Bonelli. "Polopos" se liberó en 2015 y después de sortear infinidad de peligros durante estos años, el pasado mes de abril se posó en un apoyo que le costó la vida. Toda esa línea eléctrica donde murió "Polopos" está en pasos de ser corregida con medidas antielectrocución.
Los dos miembros de la nueva pareja no parece que estén marcados y aunque el avistamiento ha sido desde mucha distancia, creemos que el macho es adulto y la hembra algo más joven, quizás del 2017. Recapitulando: en la Comunidad de Madrid actualmente hay cinco parejas, una totalmente salvaje que ha estado siempre en el este de la región y cuatro más en las que al menos uno de sus miembros es un ejemplar reintroducido, en la Sierra Oeste de Madrid, donde se han focalizado los esfuerzos de liberación de los proyectos para recuperar a esta especie en la Comunidad de Madrid.
Seguiremos las andaduras de la nueva pareja y os mantendremos informados de su trayectoria. Esperemos que no tengan molestias y se queden en dicho territorio, para en un futuro reproducirse en él.