Nos entristece informar de que el pollo de águila de Bonelli “Bowie” ha sido depredado en su nido de la Sierra Oeste de Madrid por un búho real. Os recordamos que este ejemplar, nacido en cautividad en 2018 en uno de los centros de cría de AQUILA a-LIFE, el de GREFA (Majadahonda, Madrid), fue trasladado a la plataforma de nidificación que ocupaba una pareja de la especie formada por dos ejemplares reintroducidos: "Haza" y "Bélmez". No perdemos sin embargo la esperanza de que esta emblemática pareja de nuestro proyecto logre reproducirse el próximo año.
La hembra “Haza" y el macho "Bélmez” conforman una pareja de águila de Bonelli que se formó en el transcurso de LIFE Bonelli, el proyecto dedicado a esta especie que precedió a AQUILA a-LIFE. La recién creada pareja se instaló en la Sierra Oeste madrileña en 2016. Durante 2017 regentaron una plataforma de nidificación que se les construyó pero no llegaron a realizar puesta. Ya en 2018 nos llenó de emoción cuando pudimos comprobar que “Haza” estaba incubando.
Desgraciadamente, el final del invierno y principio de la primavera, con tantas y tan fuertes borrascas en la zona, unido a la inexperiencia de esta pareja primeriza, llevó a que el único huevo que tenían no eclosionara. Pocos días después, allá por mediados del pasado abril, se montó un operativo desde AQUILA a-LIFE, coordinado entre GREFA, la Comunidad de Madrid y sus Agentes Forestales para retirar el huevo y colocar en su nido un pollo de unos 15 días de edad aproximadamente que había nacido en las instalaciones de GREFA.
En muy poco tiempo el pollo fue depositado por agentes especializados en trabajos en altura y en poco menos de una hora el nuevo pollo era aceptado por “Haza" y "Bélmez”. De este operativo dimos todos los detalles en su momento [https://goo.gl/PwaLQq].
Día tras día pudimos observar cómo los padres adoptivos cuidaban con delicadeza y prestaban toda la atención posible al pollo. Pero desgraciadamente cuando quedaban apenas cinco días para su marcaje con GPS (50 días de edad) notamos su ausencia del nido. Tras varias horas esperando y buscando a distancia por si se encontraba por las ramas del árbol donde nidificaba la pareja o en el suelo, decidimos entrar a verificar qué había pasado. Los malos presagios se confirmaron y encontramos en la base del nido una pluma de búho real: todo apuntaba a una depredación por parte de este superpredador nocturno.