El pollo de águila de Bonelli liberado en Kanpezu (Álava) en 2018 por el proyecto AQUILA a-LIFE y que fue abatido desde una palomera navarra ha sido reintroducido de nuevo en la Montaña Alavesa. ¡Mucha suerte para "Izki" en esta segunda oportunidad".
Ingenuos nosotros, creíamos que, gracias a la mayor concienciación social, desde hace tiempo ya no se disparaba a las rapaces. Pero por desgracia desde AQUILA a-LIFE hemos comprobado que no es así. Todavía existen personas sin escrúpulos que son capaces de tirotear a una especie amenazada por simple diversión, por afinar la puntería o por puro desconocimiento, en cualquier caso por ignorancia e impunidad.
La pasada primavera habíamos conseguido introducir en la Montaña Alavesa, con la colaboración de los vecinos del valle de Kanpezu, a seis pollos de águila de Bonelli. Cuatro de ellos ("Iber", "Ioar", "Ega" y "Leo") procedían de centros de cría en cautividad y otros dos ("Izki" y "Soraia") habían nsido extraídos de sendos nidos naturales de las provincias de Granada y Málaga y fueron cedidos generosamente por la Junta de Andalucía para su introducción en Álava.
En el otoño de 2018, como suele ser habitual en las águilas de Bonelli, cinco de estos pollos ya se habían dispersado: "Ioar" y "Ega" a Aragón, "Leo" y "Soraia" hasta Portugal e "Iber" a Francia. Solo "Izki" se había asentado en el territorio alavés de liberación. Nuestros temores se centraban entonces en comprobar a diario mediante radioseguimiento por satélite la supervivencia de los pollos que se habían dispersado a tierras lejanas, creyendo que "Izki", que se había quedado "en casa", estaba más seguro. Nada más lejos de la realidad.
Vivo, pero quizás irrecuperable
Un día de finales del pasado noviembre, el emisor nos indicó que "Izki" estaba en dificultades, pues casi no se movía de un robledal situado entre Navarra y Álava. Tras tres días de intensa búsqueda, los Guardas de Medio Ambiente de Álava y del Parque Natural de Izki consiguieron localizarlo y recogerlo en las inmediaciones de una palomera navarra, en territorio alavés. Urgentemente lo trasladaron el Centro de Recuperación de Fauna (CRF) de Martioda (Álava) y la exploración veterinaria no dejó lugar a dudas: "Izki" había sido tiroteado.
El ave presentaba numerosos perdigones por todo el cuerpo, en el tórax, en las dos patas, en la base de la cola y en las dos alas. Además, el disparo le había provocado una fractura en el cúbito del ala derecha que le impedía volar y los perdigones le habían destrozado varias plumas veleras, dos rectrices de la cola y varias rémiges del ala izquierda. Se dio la circunstancia de que dos de los perdigones habían impactado en la anilla de aluminio con la que "Izki" estaba marcado y, sin duda, ello había salvado al águila de perder también una de las garras.
El diagnóstico no era muy optimista. Seguramente gracias a la rápida intervención de todo el equipo del proyecto AQUILA a-LIFE, "Izki" no moriría, pero probablemente nunca podría volver a valerse por sí mismo en la naturaleza. Un triste final para un águila de Bonelli que durante meses había disfrutado volando, dejándose llevar por el viento y surcado los cielos de la Montaña Alavesa.
Llegó la hora de la liberación
Durante cuatro meses "Izki" fue tratado con antibióticos y curado con cariño en el CRF de Martioda. La infección provocada por las heridas remitió y la fractura del ala derecha soldó lentamente. Con la buena evolución del ave volvimos a recuperar la esperanza en su devolución al medio natural. De hecho, el pasado febrero "Izki" fue trasladado a un voladero circular donde comenzó a ejercitar sus alas, primero saltando hasta los posaderos, luego con pequeños vuelos de planeo, finalmente realizando vuelos batidos y ascendentes, cazando codornices y planeando varias centenas de metros. Había llegado la hora de su liberación, su segunda oportunidad.
A finales del pasado marzo, "Izki" fue equipado de nuevo con un emisor GPS y tras un corto periodo de aclimatación, se le liberó de nuevo en el valle de Kanpezu. Todavía es pronto para certificar si "Izki" habrá superado con éxito la fractura, si llegará a adaptarse a la vida en la naturaleza y si podrá sobrevivir en un medio siempre exigente. Pero durante la primera semana de vuelo nos ha mostrado que ha recuperado totalmente sus habilidades veleras y sus ansias de libertad, por lo que estamos seguros de que el instinto de supervivencia le dará fuerzas para superar las dificultades. Estos días "Izki" se ha estado moviendo por Kanpezu, Arana, las Ameskoas y las sierras de Lókiz, Entzia y Urbasa. Esperemos que no vuelva a encontrarse con ningún otro percance.
Mientras tanto, los hechos que fueron puestos inmediatamente en conocimiento de la Fiscalía de Medio Ambiente de Vitoria-Gasteiz están siendo investigados y se intentará sancionar a la persona culpable. El radioseguimiento intensivo ha servido para poder detectar el momento y el lugar exacto del delito y esperemos que sirva también para conocer la identidad de la persona que, allí escondida en su "choza", se creía impune.