Se llaman Mun, Etxarri, Sarbil y Garras. Son cuatro águilas de Bonelli de entre 70 y 100 días de edad que fueron rescatadas cuando el fuego estaba a punto de alcanzar su jaulón de crianza campestre en Arguiñáriz (Guirguillano). La llegada in extremis de tres guardas forestales les regaló una nueva vida. Los cuatro pollos fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Ilundáin y ya han podido regresar a Arguiñáriz una vez superado el peligro de las llamas. Su quinta compañera, llamada Gerezi, no corrió la misma suerte y falleció durante el traslado, probablemente a causa del estrés o de un golpe de calor. 

Los hechos ocurrieron el sábado 18 de junio, cuando el incendio desatado en Legarda amenazó el jaulón en el que se encontraban cinco pollos de águila de Bonelli del proyecto Aquila a-life para la recuperación de esta especie. Entre momentos de enorme tensión y nerviosismo, el Guarda de Medio Ambiente presente en la zona informó del serio peligro que corría la zona y pudo ser ayudado por otros dos compañeros para el rescate de las aves. “Una vez garantizada la seguridad de las personas del pueblo, pensamos en la mejor forma de actuar y la decisión estaba clara. Si no había medios para rescatarlos, íbamos a abrirles el jaulón para que salieran. Por suerte, al final pudimos acceder con transportines y mantas para su traslado antes de que llegara el fuego”, recuerda Julia Palacios, técnica bióloga del Gobierno y responsable del proyecto Aquila a-life. 

La intervención fue esencial, porque el incendio se quedó a tan solo dos metros de alcanzar el jaulón. “De hecho, el depósito que suministra agua al hacking se ha quemado por completo. El fuego ha parado justo ahí, ha sido increíble. Pero creemos que, si las águilas hubieran estado en el jaulón, el humo y el calor les hubieran afectado seguro”, remarca Julia Palacios.

El incendio se quedó a escasos metros de llegar al lugar en el que se encuentran las águilas en Arguiñáriz. Cedida

 Tres de los ejemplares fueron introducidos en transportines de fauna y los otros dos se envolvieron en mantas para trasladarlos hasta Miluce, donde fueron atendidos por un veterinario. Después, se coordinó su desplazamiento hasta el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Ilundáin ya entrada la noche. 

Los cuatro pollos que sobrevivieron se alimentan y vuelan con total normalidad y ya han sido devueltos al hacking de Arguiñáriz para que sigan su desarrollo hasta liberarlos durante la segunda mitad de julio. “Las aves están tranquilas y comiendo con normalidad, que es muy buena señal”, asegura la responsable.

Proyecto Aquila a-life

Para la recuperación del águila de Bonelli en Navarra se han desarrollado dos proyectos europeos consecutivos, Life Bonelli (2013-2017) y Aquila a-life (2017-2022), que han permitido liberar un total de 47 pollos en los siguientes territorios: Gallipienzo (2014), Lumbier (2015 y 2016), Sangüesa (2017), Cáseda (2018, 2019 y 2020) y Guirguillano (2021 y 2022).  

Teniendo como referencia los 5 territorios históricos considerados en Navarra hasta el momento para esta especie, el esfuerzo realizado con el Programa Life ha permitido recuperar dos de esos territorios, otro posible a caballo entre La Rioja y Navarra, y se ha consolidado uno nuevo. 

El proyecto está coordinado por el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat y también participan en él, como socios, Gestión Ambiental de Navarra-Gobierno de Navarra, la Diputación Foral de Álava, la Fundació Natura Parc (Mallorca), el Istituto Superiore per la Protezione e la Ricerca Ambientale (ISPRA) de Italia y la Ligue pour la Protectión des Oiseaux (LPO/BirdLife) de Francia.

Las cinco águilas protagonistas 

El día 26 de mayo llegaron a Navarra cuatro hembras y un macho de águila de Bonelli para ser liberados gracias al Proyecto Aquila a-life. Los pollos tienen distinta procedencia: el macho, cuyo nombre es Mun, procede de Córdoba y tiene 84 días. Sarbil, de 87 días, llegó desde Granada. Garras, otra de las hembras, arribó desde Mallorca y acaba de cumplir 90 días. Finalmente, llegó una hembra con 77 días procedente de cría en cautividad en las instalaciones del GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) en Madrid, a la que se bautizó como Etxarri. En el operativo de rescate falleció, posiblemente por el estrés o por un golpe de calor, la hembra denominada Gerezi, que era la más pequeña de todas con 67 días.

Dos de las águilas de Bonelli, en su jaulón de Arguiñáriz. Cedida

Los cinco ejemplares de águila de Bonelli se encontraban en un recinto de aclimatación denominado jaula-hacking o método de crianza campestre, ubicado en la propia zona de reintroducción, donde permanecen varias semanas hasta terminar su desarrollo antes de volver al medio natural, lo que harán previsiblemente a mediados de julio, ya recuperados del sobresalto que les provocó el atroz incendio.