Condenado por matar a un águila perdicera en un coto de caza de Loja

Ciudadanía - Europa Press/IndeGranada - Miércoles, 23 de Febrero de 2022
El cazador arrojó el cádaver a un contenedor y tiró el GPS que llevaba el ave al pantano de Iznájar, pero fue recuperado.
Ejemplar de águila de Bonelli o perdicera.
aquila a-life
Ejemplar de águila de Bonelli o perdicera.

Un juzgado de Loja ha condenado al autor de la muerte por disparos de un águila de Bonelli -más conocida como águila perdicera- ocurrida en un coto de caza de Loja en el verano de 2020. Tras abatirla, el cazador le quitó el gps, que arrojó al pantano de Iznájar, y tiró el cadáver a un contenedor. "Las condenas por muerte de especies protegidas derivadas de acciones de caza son muy escasas en nuestro país y la jurisprudencia sobre la materia es muy reducida, motivo por el cual cobra mayor importancia esta sentencia", según señala el presidente de Grefa y coordinador general de 'Aquila a-life', Ernesto Álvarez.

La asociación Grefa ha actuado como acusación particular en este causa, en la que el autor de los hechos ha sido condenado por el delito ecológico de atentar contra una especie protegida a la pena de inhabilitación para el ejercicio de la caza por un periodo de ocho meses, a una multa de cuatro meses, al pago de las costas procesales y a responder de los daños causados en concepto de responsabilidad civil por un importe de 2.850 euros.

El ejemplar tiroteado, que se llamaba Nicasio, estaba siendo seguido por la asociación conservacionista Grefa en el ámbito del proyecto europeo 'Aquila a-life', dedicado a la recuperación de esta especie, en virtud del cual se colocó al animal un emisor GPS/GSM cuando era un pollo que aún no había volado del nido de Loja en el que nació hace dos años.

La información transmitida por el emisor, tras ser recogida y analizada por la asociación, permitió descubrir que Nicasio murió de un disparo. La coordinación entre los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y 'Aquila a-life' y la rápida actuación del equipo técnico de seguimiento y conservación de especies de la Junta de Andalucía, así como la ubicación remitida por el emisor que portaba el animal, fueron determinantes para detener y localizar al responsable en muy poco tiempo, tras la correspondiente investigación abierta por el Seprona de la Guardia Civil.

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