¿Sabías que casi el 80% de las Águilas de Bonelli (Aquila fasciata) de nuestra región han desaparecido en los últimos 15-20 años?

 

El Águila de Bonelli (Aquila fasciata), también conocida como águila perdicera es la más ágil de las grandes rapaces europeas.

Residente permanente en nuestro país, habita en zonas rocosas y cortados en general donde hace sus nidos, aunque puede realizarlos en árboles e incluso en tendidos eléctricos. La alimentación de los reproductores depende de las especies de presas que sean más abundantes en los territorios de cría, prefiriendo conejo, perdiz o paloma, e incluso pueden cazar córvidos, lagartos o culebras.

Los juveniles se concentran en sus primeros años en zonas con gran cantidad de alimento, donde se reúnen con otros jóvenes de grandes águilas. Estos movimientos pueden ser de decenas a miles de kilómetros (se ha constatado la dispersión de dos águilas de Bonelli liberadas en la Comunidad de Madrid al continente africano). Posteriormente, buscan incorporarse a algún territorio donde haya algún ejemplar viudo, o bien fundar territorios nuevos o desaparecidos hace algún tiempo.

 

Se distribuye por el sur de Asia, hasta la cuenca del mediterráneo; constituyendo la población española el 75-65% de todos los ejemplares de la Unión Europea.

Mapa de distribución mundial del Águila de Bonelli, indicando el número aproximado de parejas reproductoras

Está incluida en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro” y aparece como “Vulnerable” en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

España acoge algo más de 750 parejas; pero se estima que la población actual es un 35% menor que la existente a finales de la década de 1970.

Este dramático descenso ha sido más acusado en las poblaciones del norte, seguidas de la región central; de manera que si la tendencia negativa continúa, en el área de Madrid  la especie podría extinguirse. Las parejas actuales que se mantienen en la Comunidad de Madrid solo representan el 20% de las parejas conocidas con registros seguros en la región, por lo que el declive constatado es del 80% en los últimos 15-20 años.

Mapa de distribución 2020 de los territorios de las 5 parejas de Águila de Bonelli de la Comunidad de Madrid

Sus principales amenazas naturales se deben a:

  • enfermedades transmitidas por otra aves (como la tricomoniasis),
  • depredación o ataques por parte de otras grandes rapaces (búho real, águila real, águila imperial e incluso otras águilas de Bonelli),
  • escasez de recursos tróficos (falta de lugares de anidada, falta de alimento, enfermedades asociadas a sus presas, competencia con otras especies…).

Pero la causa principal de su descenso poblacional está asociada a la interferencia con el ser humano:

  • derivadas de su persecución directa (disparos, trampas o venenos en cotos de caza menor),
  • accidentes en parques eólicos,
  • electrocución y colisión con tendidos eléctricos (multiplicándose el riesgo de electrocución, al usar también los puntos inferiores de las crucetas para posarse).

 


Gracias a proyectos internacionales como AQUILA a-LIFE y al trabajo de entidades como GREFA podemos afirmar que el futuro de esta especie en la Comunidad de Madrid es más esperanzador

 

En la Comunidad de Madrid su población es escasa, pero este verano ha sido noticia por su éxito reproductivo.

Por primera vez desde hace más de 30 años han volado de sus nidos con éxito siete pollos en la temporada reproductora, gracias a las reintroducciones y otras acciones en favor de esta especie amenazada desarrolladas por el proyecto europeo AQUILA a-LIFE (2017-2022). Este proyecto, que está coordinado por GREFA (Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat), toma el relevo del proyecto Life Bonelli (2013-2017).

 

Durante este tiempo se ha desarrollando un amplio abanico de acciones para aumentar los niveles poblacionales de la especie: elaboración de planes de gestión y acción, acciones concretas de conservación, monitorización de impactos de las acciones del proyecto, y concienciación pública y difusión de los resultados.

Pero todas ellas, persiguen un objetivo común: ver cada vez más ejemplares volando en libertad.

En este sentido, la campaña de cría de 2020 ha sido fructífera: 7 nuevos pollos surcarán los cielos de Madrid.

Dos son hijos de una pareja totalmente silvestre que nidifica en la zona este de nuestra Comunidad, mientras que los otros cinco han nacido de cuatro parejas introducidas en campañas anteriores en la Sierra Oeste de Madrid. Además, a la campaña de seguimiento se añadieron 2 parejas reproductoras de Toledo y Guadalajara, cuyos territorios de campeo incluían nuestra Comunidad; y que han sacada adelante 4 pollo más.

 

¡Pero no todo ha sido tan fácil!

Una de las parejas «primerizas» perdió su único huevo de esta temporada por causas desconocidas; lo que puso en marcha un complejo dispositivo de adopción directa (fostering) de otro pollito criado en cautividad.

En el siguiente vídeo podéis ver lo bien que fue acogido el pollo por sus padres adoptivos, que consiguieron que a día de hoy ya haya abandonado el nido.

«Trabajar en favor del Águila de Bonelli es positivo para la naturaleza y las personas, al tratarse de un depredador en lo más alto de la cadena trófica que contribuye al mantenimiento y la restauración de la complejidad propia de los ecosistemas. Esto es algo que se traduce en la activación de múltiples servicios ambientales que son tan necesarios ahora más que nunca, como nos está demostrando la actual pandemia«, explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA y responsable de AQUILA a-LIFE.

 


Un resultado que no pudiera haberse obtenido sin el esfuerzo de entidades que luchan por la conservación de la biodiversidad, como GREFA 

 

GREFA (Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) es una organización no gubernamental sin ánimo de lucho, que nace en 1981 como asociación para el estudio y conservación de la naturaleza; y que en la actualidad cuenta con más de 3.000 socios.

Su Hospital de Fauna Salvaje ha atendido a más de 60.000 animales, hasta el punto de estar considerado el más grande y de más actividad de Europa en su especialidad.

GREFA ha logrado consolidarse como referencia internacional gracias a sus proyectos de generación de biodiversidad, especialmente dirigidos a la fauna autóctona, que abarcan un extenso catálogo de acciones: cría en cautividad, reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres, seguimiento vía satélite y vigilancia de nidos…

Sus objetivos son claros:

  • Promover, alentar y asegurar en España la conservación y la investigación de la fauna y de la flora, de los paisajes, de las aguas, de los suelos y de los demás recursos naturales.
  • Desarrollar acciones de rehabilitación de fauna autóctona, en especial de las especies amenazadas, y fomentar la recuperación de los espacios donde viven.
  • Usar la educación ambiental como herramienta para divulgar todos sus proyectos.
  • Poner a disposición de los Organismos Públicos y Privados, que persiguen fines comunes, su experiencia.

 

Si os interesa profundizar en los problemas que afectan a las grandes rapaces, os invitamos a acceder a la siguiente información complementaria:

Dejemos que las águilas surquen los cielos de Madrid