El proyecto AQUILA a-LIFE registra un récord sin precedentes de nacimientos de águilas de Bonelli


Al menos quince pollos de águilas de Bonelli han nacido ya en 2020 en las zonas donde actúa AQUILA a-LIFE a favor de esta rapaz amenazada 

Redacción/. Hasta la fecha quince águilas de Bonelli han nacido en su hábitat natural en la temporada reproductora de 2020, gracias a las acciones en favor de esta especie amenazada desplegadas por el proyecto europeo AQUILA a-LIFE. Nueve de estos pollos han nacido en la isla de Mallorca y los seis restantes en la Comunidad de Madrid, de seis y cuatro parejas reproductoras respectivamente, no descartándose que en los próximos días puedan eclosionar más ejemplares en ambas zonas.

«Esta cifra de nacimientos marca un récord para AQUILA a-LIFE desde su puesta en marcha en 2018 y permite albergar grandes esperanzas con respecto a la recuperación del águila de Bonelli en las zonas de España e Italia donde actúa este proyecto, que cuenta con el apoyo económico de la Unión Europea», explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA, la ONG conservacionista radicada en Majadahonda encargada de la coordinación de AQUILA a-LIFE.

Hembra de águila de Bonelli y pollo de la misma especie en la Comunidad de Madrid. Foto: Ernesto Álvarez / GREFA.

De estas quince nuevas águilas de Bonelli, doce de ellas han nacido de parejas formadas por ejemplares reintroducidos en Mallorca y en la Sierra Oeste de Madrid. En cuanto a las tres restantes, una es un pollo criado en cautividad por GREFA que ha sido adoptado por una pareja madrileña, gracias a una actuación desarrollada el pasado 14 de abril por AQUILA a-LIFE con la colaboración de la Comunidad de Madrid. Las otras dos son descendientes de dos águilas de Bonelli salvajes, no reintroducidas, que tienen su territorio reproductor entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara y que son objeto de tutela y seguimiento constante por parte de AQUILA a-LIFE.

Balance excepcional en la Comunidad de Madrid
Los seis nuevos pollos de águila de Bonelli con los que cuenta este año la Comunidad de Madrid, junto con uno o dos más que puedan nacer de una pareja de nueva formación compuesta por un macho reintroducido y una hembra salvaje que aún está incubando su puesta, suponen un balance reproductivo sin precedentes para una rapaz que estaba al borde la desaparición en esta región.

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